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martes, 14 de agosto de 2012

Pachamama (Madre Tierra)


(Colectivo Avanzar)
El 1° de Agosto se celebró “El Día de la Pachamama (Madre Tierra)”, en todos los países a lo largo de la Cordillera de los Andes, y que, al igual que Inti (Sol), es una deidad que puebla el universo rural, del cual se impregna también la cultura urbana. 
En la Tierra existen miles de especies vivientes pero solamente una, el ser humano, consume el 40% de los recursos del mundo. Cada diez segundos desaparece el equivalente a cinco campos de fútbol de bosques y selvas. Cada diez segundos se extingue una especie animal. Cada diez segundos llegan veinticinco personas más de las que mueren los cuales reclamarán pronto "sus derechos" haciendo que todos estos efectos muy pronto sean mayores.
 En todos los países hay problemas por la posesión de tierras, hay también un creciente desempleo, hambre y pobreza, pues los recursos son más escasos cada día.
Todos estos no son síntomas aislados, sino efectos de un mismo problema. El capitalismo. Sistema para el que la competencia y la sed de ganancia sin límites, están destrozando el planeta. Para el capitalismo no somos seres humanos sino consumidores. Para el capitalismo no existe la madre tierra sino las materias primas. En manos del capitalismo todo se convierte en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la justicia, la ética, la muerte… la vida misma. Todo, absolutamente todo, se vende y se compra en el capitalismo. Y hasta el propio “cambio climático” se ha convertido en un negocio. 
La lógica capitalista promueve la paradoja de que los sectores que más contribuyeron a deteriorar el medio ambiente son los que más se benefician de los programas vinculados al cambio climático, estos son los llamados países del primer mundo Europa y el imperio Norte Americano.
Solo un cambio radical en el manejo de la política de distribución, de los recursos bajo un estado mundial socialista a cargo de los trabajadores, logrará detener el desastre inminente para la humanidad.
Como militantes del colectivo avanzar llamamos a la unión de todos los militantes para la creación de una nueva forma de organización y avanzar hacia el cambio definitivo, solo con la lucha conciente y la unidad, lograremos el sueño de nuestros antecesores Marx, Lenin, Engels entre otros.

domingo, 12 de agosto de 2012

Reforma o Revolución

(Colectivo Avanzar)
Un libro de Rosa Luxemburgo de gran actualidad
"La reforma y la revolución no son, por tanto, métodos diferentes de progreso histórico que puedan elegirse libremente en el mostrador  de la historia, como cuando se eligen salchichas frías o calientes, sino que son momentos distintos en el desarrollo de la sociedad de clases, que se condicionan y complementan entre sí  y al mismo tiempo se excluyen mutuamente, como los polos Norte y Sur, como la burguesía y el proletariado. "
Rosa Luxemburgo  (1871-1918)

Considerar que el capitalismo es reformable a través del parlamentarismo y demás instituciones del sistema capitalista ha demostrado ser un grave error, no solo en el terreno de la teoría sino en la práctica mundial de la lucha de clases. La burguesía no abandonará jamás pacíficamente su posición hegemónica y menos aún utilizando su propia institucionalidad. El ejemplo sangrante de Chile está fresco en el recuerdo. La dictadura brutal es el último recurso al que acuden los sectores dominantes para no perder sus privilegios.
En el seno del SPD, el partido socialdemócrata alemán, el mayor partido obrero europeo,  hacia fines del siglo 19 y principios del 20, coexistían dos tendencias: la reformista y la marxista, revolucionaria, que abogaba por la transformación socialista de la sociedad. En este sector militaba la gran revolucionaria polaca Rosa Luxemburgo, que escribió este libro para polemizar con Bernstein. Este afirmaba que por vía electoral y parlamentaria era posible ir avanzando gradualmente hacia el cambio social. Los actuales dirigentes socialdemócratas de distintos países siguen usando los escritos de Bernstein como fuente teórica, a más de 100 años de su aparición. 
Bernstein entiende  la teoría como una imagen controvertida, que no se corresponde directamente con la más estricta realidad .Y la realidad era el dominio del proletariado por la burguesía. Se intenta a través de los sindicatos y demás instituciones, alcanzar una reforma, antes que un camino último de la historia: la revolución, la dictadura del proletariado. 
Para la rama del partido que enfrentaba Luxemburgo, la decadencia capitalista era poco probable, ya que es el mejor sistema de todos. Supera una y otra vez las crisis.
Lo mismo opinan nuestros socialdemócratas vernáculos del presente. Pepe Mujica opinó hace unos meses que el capitalismo es el mejor sistema posible.
Para el marxismo se llegará finalmente al socialismo porque es una necesidad histórica. Para Bernstein, sin embargo, no es una necesidad objetiva lo anterior. Si el proletariado aumenta sus condiciones de vida, desaparecen las condiciones objetivas.
La contradicción para Rosa no pasa entre la lucha por reformas y la estrategia revolucionaria. Critica a Bernstein por haber abandonado el análisis de clase de la sociedad capitalista. Elimina la idea de la conquista del poder político por la clase obrera, con lo cual pasa al olvido el ideal de transformación de la sociedad capitalista por la socialista.
Los errores políticos del ala reformista cristalizarán en 1914, al comenzar la primera guerra mundial. Allí las direcciones de los partidos socialdemócratas se aliaron a sus burguesías, votando los créditos de guerra, adoptando una posición chovinista. Colaboraron así con esa gran carnicería de pueblos que fue esa contienda, donde murieron millones de trabajadores en las trincheras y campos de batalla. Guerra reaccionaria, guerra por mercados.
Rosa se opuso con Liebknecht y otros compañeros, por eso fué perseguida y encarcelada. Adoptó una línea internacionalista al igual que Lenin en Rusia. En la revolución alemana de 1918 será asesinada por orden de los dirigentes socialdemócratas.
Desde aquí recomendamos la lectura de esta obra, que integra el magno arsenal teórico del marxismo y que tiene una gran actualidad en la lucha contra los posibilistas y oportunistas de hoy y de mañana. 
Rosa será siempre esa enorme águila de la revolución al decir de Lenin, que siempre brillará en el cielo de la revolución mundial.

Medicamentos: la salud es lo de menos


(Colectivo Avanzar)
El tratamiento contra la tuberculosis, más accesible para los pobresEl medicamento es un bien social, se dice por ahí.  Es decir, algo que debería estar disponible para quien lo necesite en el momento adecuado. Pero he aquí que estamos en una sociedad capitalista y al tratarse de una mercancía, solo está a disposición de quien pueda adquirirla en el mercado.
Aquí es donde vemos una de las facetas más bárbaras del capitalismo: millones mueren en el tercer mundo todos los años por no disponer de fármacos, la mayor parte de las veces de bajo costo.
Para colmo de males, la producción de estas mercancias está en pocas manos: los grandes monopolios farmacéuticos, que encabezan una de las más rentables industrias de nuestro injusto y desigual sistema social.
En Argentina y en otras épocas se trató de regular algo este estupendo negocio. El gobierno de Arturo Illia logró promulgar en 1965 la Ley de Medicamentos 14642 de su ministro de Salud Dr. Arturo Oñativia. La Ley promovía la toma de conciencia del medicamento como bien no intercambiable, el precio regulado por el estado debería garantizar el acceso a la población. Se prohibía la publicidad y se establecían pautas de comercialización y distribución. Establecía una política de precios y de control de medicamentos, fijando límites para los gastos de propaganda y se imponían límites al pago de regalías al exterior.
Sin duda esta fue, junto a la anulación de los contratos petroleros antinacionales de Frondizi, una de las causas del golpe de Onganía en 1966.
Quedó en claro que no es posible moralizar un prostíbulo.

Algunos números

La industria farmacéutica en Argentina representa el 4,7% del valor agregado total y el 3,2% del valor bruto de producción. Es la segunda actividad de importancia en el valor agregado y la octava en monto de facturación.
Los laboratorios extranjeros representan el 28,7 % del total y participan del 45,5 % de las ventas. Apenas el 14,7% de los laboratorios pertenecen a un grupo económico. Sin embargo representan el 47 % del monto global de la facturación. El 20% de las firmas (los primeros 30 laboratorios) concentran el 78,43% de las ventas. Poco más de un cuarto de las firmas (los primeros 40 laboratorios) concentran el 86,68 % de las ventas. La concentración se hace más evidente al observar que el 40 % de las firmas se apropia del 94,26 % del sector. El 60 por ciento restante solo concentra el 5,74 % de las ventas.
La estructura de la industria es monopólica o en el mejor de los casos oligopólica. Existen fármacos producidos por un solo laboratorio.

Utilidades astronómicas

Esta gran concentración del capital se traduce en precios abusivos, con una tasa de ganancia brutal. El estado no regula nada en la materia. Estado bobo para el pueblo pero nada inocente para asegurar tremendos beneficios a los pulpos del sector. Veamos algunos ejemplos.
En  el piroxicam, la amlodipina, el enalapril o la amlodipina el precio final  de la droga supera entre un 4 mil y un 12 mil por ciento el costo de las mismas.
En el caso del diazepan, conocido ansiolítico, Roche consigue una utilidad del 20 141 por ciento respecto al costo a través de su marca Valium. Roemmers, más modestamente (el laboratorio de mayor monto de venta) obtiene una renta del 15905 por ciento respecto a su costo y en la misma droga a través de la marca Plidan.
El ibuprofeno, popular antitérmico y analgésico, a través de la marca Febratic, le da a Roemmers una rentabilidad del 1557 % mientras que Bayer se asegura un nada módico 1210 % a través de la marca Actron.
Los precios que se cobran en el país suelen ser superiores a los que los mismos laboratorios cobran en el exterior. Por ejemplo el laboratorio Roche imputa en Argentina un precio que supera entre un 60 % y 90 % el precio que sobre el mismo medicamento vende en España.

El estado Nac and Pop

Por supuesto que el gobierno kirchnerista no ha hecho nada para cambiar este estado de cosas. La prescripción por genéricos no ha alcanzado a rozar a las multinacionales y nada ha habido en materia de intentar regular el latrocinio perpetrado por los grandes laboratorios aunque fuera a través de algún mecanismo de control de costos y precios de venta.
El convenio PAMI-Industria permite a los pulpos mantener cautivo el mayor mercado de consumo farmacológico: el de nuestros viejos. Mientras que el costo de los sobreprecios lo pagamos entre todos. Los trabajadores, los pobres, subsidiamos las ganancias espectaculares de estos empresarios "exitosos".
Este es un ejemplo más del capitalismo en serio que nos vende la compañera Cristina: utilidades a cualquier costo, concentración y monopolio. Mientras el estado sanitario de la población deja mucho que desear, lo importante es que florezcan los grandes negocios en esta nueva Argentina para todos.

sábado, 11 de agosto de 2012

O Resignados Rehenes o Activos Protagonistas de Nuestra Historia


(Colectivo Avanzar)
Un nuevo período de crisis capitalista sacude al mundo, extendiéndose desde lo económico, a lo social y a lo político.
Hace relativamente poco tiempo los sectores de clase dominantes en los países centrales se enorgullecían de estar edificando el paraíso en la tierra, con democracia y bienestar para todos los ciudadanos.
Actualmente, buena parte de los pueblos de dichas naciones han ganado las calles en forma masiva, por la crueldad con que se están destruyendo sus vidas, por el desempleo, por la miseria y la marginalidad social.
Los llamados gobiernos “democráticos” y “socialistas” no pueden contener este aluvión social y sólo apelan una y otra vez a medidas de corte neoliberal, que lo único que logran es aumentar la exclusión social, subsidiando al mismo tiempo con grandes sumas de dinero a los saqueadores del capital financiero internacionalizado, el poder real, y como es costumbre, pasándole la factura a los trabajadores.
Como dato significativo, basta decir que se ha llegado en la EUROZONA a la escalofriante cifra de 18 millones de desocupados. Los mayores porcentajes de desempleados sedan en España, con el 24%, y en Grecia, con el 22,5%.
La insensibilidad y arbitrariedad de un sistema como el capitalista, al que solamente le interesa el lucro, la ganancia máxima a toda costa, ha golpeado fuertemente a sus puertas, pero está comenzando también a golpear a sus conciencias.
Las protestas continúan extendiéndose a varias regiones, conformando coaliciones sociales cada vez más amplias (trabajadores, estudiantes, profesionales, gente del arte y la cultura, etc), y cada vez más radicalizadas en sus reclamos políticos.  Es deseable que este despertar anuncie la aurora de una nueva sociedad.
Por cierto que intentaron e intentan reprimir estas justas luchas, utilizando en muchos casos la ya comúnmente acusación de terroristas, calificativo aplicado a todo aquel que intente rebelarse contra las injusticias reinantes.
Vale recordar que cuando intentaron acusar de terrorista al fallecido líder palestino Arafat, ahora comprobado que fue envenenado, este les respondió: “La diferencia entre revolucionario y terrorista reside en la razón de la lucha: quien combate por una causa justa, la liberación de su país invadido, contra la explotación y la colonización, nunca podrá ser considerado como terrorista”.
Por otra parte, los más grandes y terribles actos terroristas fueron y son cometidos por EE.UU y aquellos países que lo secundaron, como los integrantes de la nefasta OTAN: la invasión a Vietnam (más de 2 millones de muertos), la invasión a Irak (alrededor de 1 millón y medio de muertos), a Afganistán, a Palestina, (con la colaboración de su socio Israel), a Libia y en estos momentos a Siria.
A estos tremendos hechos genocidas, denominados cínicamente “guerras preventivas”, hay que sumar las repetidas invasiones a países de América Latina, como actualmente contra el sufrido pueblo de Haití (vergonzosamente Argentina y otros países colaboran enviando tropas), la instalación de bases militares, manteniendo aún la base de Guantánamo en Cuba, utilizada como campo de concentración donde impunemente se tortura y se mata.
Y no se puede dejar de mencionar que en los años 70 implementaron el “Plan Cóndor”, a fin de ahogar en sangre las luchas emancipadoras de Nuestra América. ¿Se puede salir de tanto horror e inhumanidad si seguimos resignadamente navegando en las aguas turbias del capitalismo imperialista?
Toda esta grave situación  no podía dejar de impactar sobre la realidad local, aunque audazmente los “economistas orgánicos” habían afirmado que estábamos blindados ante la crisis mundial.
No es casual entonces que en solo pocos meses de un importante triunfo electoral, la gestión del actual gobierno ha comenzado paulatinamente a licuar su capital político, con mayor incertidumbre y desesperanza y aumento de la conflictividad social, a lo que hay que agregarlas constantes reyertas internas, dentro del propio aparato peronista, incluyendo la división de la CGT, no por supuesto por ideales o por mejorar la situación de los más necesitados, sino mezquinamente por poder y por dinero.
Los sectores populares están avizorando cada vez más que se quiere descargar los costos de la crisis sobre sus espaldas. Salvo algunas medidas coyunturales tendientes a disimular los efectos de la misma, y tratando de contener cualquier tipo de protesta social, no hay ningún plan a mediano y largo plazo que permita vislumbrar un futuro diferente a la chatura y mediocridad actual, que solo intenta poner parches al calamitoso “modelo” neoliberal, hoy apoyado esencialmente en la soja y en la megaminería, probadamente destructoras de la naturaleza y de los seres humanos. 
Esta es la razón por la cual sufren dura represión y asesinatos los pueblos originarios de nuestra América, con el fin de robarles sus tierras.

Empresas como las automotrices, son mayoritariamente ensambladoras, similares a las maquilas mejicanas.
Son muy ilustrativas las declaraciones de la CTA, de Pablo Michelli: “La presidenta revela que “solo el 19% de los empleados paga el impuesto” (a las ganancias) y que el resto, es decir el 81%, no llega a los mínimos no imponibles. La verdad es que actualmente existen 8.800.000 trabajadores (el 53,6% de la fuerza laboral), que están en situación de precariedad y el ingreso promedio no llega a los $3.000.-, cuando la canasta familiar en la Zona Metropolitana ya supera los $7.200.-
Si a esto le agregamos que en los últimos 6 meses se destruyeron casi 329.000 puestos de trabajo, tenemos una radiografía del problema social en la Argentina.” (Acta del 21/7/12).
Desde ya que a estos datos hay que agregarle el agravante de la continuidad del proceso inflacionario, que este año se estima superará el 25%.  Por eso el pedido de distintos gremios de una apertura de paritarias, reclamando un inmediato aumento de salarios, lucha que es necesario apoyar fuertemente, en conjunto con el objetivo de conformación de un movimiento sindical antiburocrático, clasista y combativo, puesto que la burocracia sindical empresarial ha sido y es cómplice de todo lo que está sucediendo.
Si vastos sectores de la sociedad esperaban algún cambio significativo en busca de una vida más digna, empiezan a sentir que nuevamente todo está quedando en un viejo sueño irrealizable, y por el contrario flota en el aire el temor a nuevos y mayores ajustes, encubiertos, como ya hemos denunciado, con el nombre de “sintonía fina”, insistiéndose que es el único rumbo posible, o sea la tan mentada “teoría del mal menor”.
Confirman estas conclusiones el discurso de la artista de TV Cristina K, que al mismo tiempo que nos informa de un notable aumento de las ganancias de las empresas y de los bancos, y el pago de 2.300 millones de dólares en su mayoría a pulpos financieros internacionales (el 78%), anuncia un aumento a los jubilados del11,4%, o sea una limosna de $192 mensuales (el equivalente a medio kilo de Pan por día), pasando a cobrar el 73% de ellos, la millonaria suma de $1.880.-
Esta compleja y contradictoria realidad, no hace más que agudizar al mismo tiempo la crisis de representatividad de las instituciones del propio Estado y de los partidos políticos del sistema, incluyendo la socialdemocracia o socialcapitalismo como la llamara Lenin, lo cual abre un panorama general nada fácil pero muy interesante para avanzar en la construcción de una auténtica alternativa unitaria de los trabajadores y demás sectores políticos y sociales antiimperialistas y anticapitalistas, en base a un programa establecido de común acuerdo.
Sería un grave error que un grupo de “iluminados”, dueños de la verdad absoluta, pretendan poder superar esta difícil encrucijada histórica, o por el otro lado, caer en ideas espontaneistas (como un movimiento mecánico), donde la crisis de por si abrirá las puertas a una sociedad superior, socialista.
Como ya sucedió en el pasado y está sucediendo actualmente en algunos países de Europa, puede darse cierta supuesta salida por derecha, hasta de tendencia profascista. 
Sería fatal volver a creer en un determinismo dogmático, esquemático, de que “nadie podrá detener la rueda de la historia”.
La historia la hacen los seres humanos, los pueblos con su pensamiento y su accionar, por lo que el gran reto sigue siendo edificar, a través de una confluencia de fuerzas, una sólida  y masiva opción contra hegemónica, ideológica, política y organizativa, en el camino a la liberación nacional y social de nuestro pueblo.
Constantemente debe inquietar e iluminar nuestras conciencias, las ejemplares palabras del Che: “La revolución no se lleva en la boca para vivir de ella, se lleva en el corazón para morir por ella”.-